Palabras para distinguir el burnout.

Cuando se habla del síndrome de burnout, resuenan palabras como agotamiento, malestar emocional, mental y físico, se mencionan además síntomas que incluso están presentes en los ataques de pánico (temblores, taquicardia, dificultad para respirar). En páginas gubernamentales que tocan el tema se suman otras manifestaciones poco comunes como fiebres, dolores musculares, confusión, irritabilidad, falta de memoria, insomnio y también dificultad para concentrarse.

Si se analizan todos estos síntomas, muchos de ellos son la razón para acudir a un psicoterapeuta. Ahora, pensemos que por distintos motivos ese psicoterapeuta está experimentando varios, o en su caso todos estos malestares. ¿Será posible que esta persona pueda olvidar que todo esto le está pasando para centrarse en las necesidades del paciente?

El estereotipo del psicoterapeuta.

Considero que todas las profesiones vienen acompañadas de ciertos estereotipos, ideas preconcebidas sobre cómo debe ser una persona, en este caso relacionadas con su profesión. Solamente  si se busca ¿Cuál es la vocación del psicólogo? invariablemente se va a encontrar la vocación de servicio traducido en la ayuda que genera bienestar a los pacientes.

El problema aquí es que si el mismo psicólogo se casa sólo con esta idea puede llegar a relegar sus necesidades en busca de orientarse en las necesidades del paciente, generando en  su ser la idea de sacrificio que lleva a muchos profesionales incluso a aceptar dar atención a más pacientes de los que puede manejar, pensando que puede tener todo bajo control, que su abnegación traerá bienestar a más personas.

La realidad sobre la vocación de servicio.

Desde luego que la vocación de servicio es fundamental para el desempeño del psicoterapeuta, pero si en esta vocación se tiende a ignorar las propias vulnerabilidades producto de estar expuesto de manera constante al dolor emocional y al exceso de trabajo, entonces la posibilidad de ayudar se verá afectada por presentar desequilibrios emocionales  y físicos que lleven a otras consecuencias y que terminen afectando al profesional de salud mental, a sus pacientes y a su entorno.

¿Cómo se trata el burnout en México?

En general los tratamientos están enfocados en los síntomas y en tomar decisiones sobre la forma de trabajar. En las empresas por lo general se trata a los empleados cuando ya se presentaron casos extremos ya que por lo general en México tendemos a esperar un largo tiempo en reconocer que se presentan problemas emocionales que afectan nuestro desempeño laboral.

Una alumna de mis clases de inglés que es jubilada del seguro social a quien le pregunté ¿con qué frecuencia daban incapacidad por este síndrome de burnout en un día normal?, ella me respondió que cuando ella laboró en el IMSS si se presentaban casos de este tipo que eran conocido como estrés laboral, por lo general se trataba de derivar al Hospital General de la Zona para acudir a un psicólogo, eso en caso de que no se contara con uno en la unidad. La realidad, comenta ella es que eran escasos los pacientes que presentaban este problema y era difícil determinarlo ya que por lo general antes presentaban varios días de ausentismo laboral poniendo varias y distintas escusas para no acudir al trabajo. Es decir para el mismo trabajador es más fácil decir que se enfermó del estómago y por eso no acude al trabajo que aceptar que tiene síntomas de estrés laboral tan severos que no puede lidiar con el trabajo en un día normal.

En México se empezó a considerar un padecimiento laboral hasta 2019 a raíz de que la Organización Mundial de la Salud presentara su nueva clasificación internacional de enfermedades. (Juárez, 2022).

El IMSS en la actualidad informa sobre el Burnout en un curso en línea. Y debo decir que pongo como ejemplo esto porque en realidad la aceptación de este síndrome en nuestro país es muy reciente a pesar de que fue investigado desde el año 1974 por un psiquiatra llamado Herbert J. Freudenberger que lo detecto cuando trabajaba en Nueva York y sus colegas manifestaban haber perdido la empatía para tratar a sus pacientes, además de distanciarse de los mismos, sentirse desmotivados y terminar hastiados culpando a sus pacientes de sus padecimientos. (IMSS, 2025).

El psicoterapeuta aprende y reflexiona.

Como psicoterapeutas podemos aprender de la historia y reflexionar sobre un problema que ha existido desde hace mucho tiempo que afecta a millones de individuos, pero que en caso de nuestra profesión puede tomar otros matices el reconocer que aunque se espera del psicólogo mayor nivel de estabilidad emocional, lo cierto es que este profesional está expuesto escuchar constantemente relatos que pueden desgastar su capacidad de sentir empatía, que además todo lo que le cuentan sus pacientes se queda en su mente y en su imaginación pudiendo permanecer mezclado con sus problemáticas de vida si no se trata adecuadamente.

La prevención del burnout en los psicoterapeutas.

Es paradójico que un profesional que fomenta el autocuidado en sus pacientes presente dificultad para cuidar de él mismo. La clave que yo distingo es la aceptación de la vulnerabilidad que nos expone a diversas problemáticas como todo el mundo, en este caso el burnout. No por ser psicólogos estamos siempre equilibrio con nuestras emociones y con nuestros actos, pero sí tenemos la ventaja de estar expuestos a más información sobre temas como autocuidado y los riesgos de no practicarlo.

Si se quiere prevenir el burnout en nuestra profesión se debe profundizar en el tema y reflexionar humildemente sobre si llegamos a presentar síntomas de este.

Debemos ser conscientes de las opciones que existen de autocuidado y de la responsabilidad que tenemos con practicar varias de estas que se adapten a nuestro estilo de vida y a nuestras necesidades.

Siempre debemos considerar como psicoterapeutas que tenemos límites en nuestras capacidades para abordar distintos casos y que no somos menos capaces si decimos que no a algunos posibles pacientes.

La sensación de perder el tiempo si no estoy trabajando o pensando en el trabajo debe ser eliminada, habitando con gusto nuestro momento presente y dando oportunidad a la práctica de actividades que fomenten nuestro bienestar físico, mental y emocional.

Involucrarse en nuevos retos en estos ámbitos nos aportará motivación y retomará la conexión con la vida y con los seres humanos y con la vocación de servicio.

Desde luego que no se debe deja de lado el apoyo que un psicólogo encuentra en su psicoterapeuta de cabecera, este es fundamental para tratar temas que le hacen ruido y que le quitan tranquilidad.

Conclusión

Recientemente salí de la universidad y una de las materias que más me gustó fue la relacionada con motivación. Lo que más me llamó la atención es que después de muchos estudios, la motivación que viene de dentro del ser humano es la que más le lleva a alcanzar sus metas o a superar sus dificultades. Mi punto para concluir es que en el caso del psicoterapeuta al igual que con el resto del mundo  el reflexionar sobre su realidad, lo que le afecta en momentos de dificultad y el conocer sobre opciones de salida en tempestades es lo que le brindará la resiliencia necesaria para ser un mejor profesional, cuidar de sí mismo y prevenir experimentar el síndrome del burnout.

La información está disponible ahora más que nunca que se conoce tanto sobre el tema, lo importante es dedicar el tiempo para explorar sobre la misma y estar conscientes de las consecuencias de no tratar a tiempo los síntomas o de ser posible evitar llegar a presentarlos con técnicas de autocuidado que se adapten a nuestra realidad y que tengan que ver con nuestras preferencias y necesidades.

Por último, el autocuidado no es una acción con fecha de caducidad, es algo que debe ser parte de la vida del psicoterapeuta, por lo que no debe abordarse sólo por un tiempo o con fastidio, debe ser parte de nuestra motivación por vivir e incluirse en nuestra cotidianidad como algo que además nos permitirá ayudar mejor a nuestros pacientes, pero al mismo tiempo a nosotros mismos.

Referencias:

IMSS. (2025, 19 marzo). Estrés laboral. Gobierno de México. Recuperado 24 de marzo de 2025, de https://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/estres-laboral

Juárez, B. (2022, 5 enero). El burnout es oficialmente una enfermedad de trabajo reconocida por la OMS. El Economista. Recuperado 24 de marzo de 2025, de https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/El-burnout-es-oficialmente-una-enfermedad-de-trabajo-reconocida-por-la-OMS-20220104-0056.html